Los pueblos milenarios del pasado de nuestro Continente, aún en medio de sus propias imperfecciones, vivían en armonía con la naturaleza. Si realizáramos una lista de los grandes logros alcanzados de norte a sur, realmente nos quedamos sorprendidos: Una arquitectura que hasta hoy sigue causando asombro; una agricultura potenciada y en armonía con otros ecosistemas; medicina natural que hasta la fecha sigue siendo usada por nuestros pueblos originarios y base de la medicina occidental; una ingeniería que trasladaba agua de un cerro a otro y por distancias enormes; astronomía nada envidiable, entre otros muchos ejemplos.


Fue un 12 de octubre de 1492 que nuestro Continente entra en crisis e inicia su decadencia, recibiendo a partir de esa fecha la invasión de una cultura occidental preocupada sólo por el mercantilismo y la expansión basada en formas sutiles de esclavitud y dominación (muchas de las cuales perduran bajo una adaptación hasta hoy). Hoy son ya 529 años de ese choque cultural, donde incluso la historia ha sido escrita por esa cultura occidental que nos ha enseñado los sucesos acaecidos en éstos más de quinientos años, sólo desde su perspectiva impuesta, tergiversando incluso muchas verdades por grandes mentiras. ¿Seríamos capaces de aprender a ver la historia desde “su reverso”?
Gracias a Dios, cada año que pasa, encontramos espacios donde los descendientes de esos pueblos originarios están recuperando su historia, revalorizando los logros que tuvieron sus ancestros, adquiriendo espacios de encuentro y diálogo, y se va gestando poco a poco un cambio en las sociedades de la llamada hoy Abya Yala (“tierra en plena madurez”), que va recuperando esa armonía con su Pacha Mama (madre tierra) y se alzan en defensa de todo aquello que aún les queda en éste hermoso Continente. Se van sumando también los descendientes de esas culturas occidentales que van reconociendo la ignominia que desarrollaron sus ancestros, formando así una nueva realidad de diálogo intercultural bajo nuevos marcos de respeto, igualdad y encuentro justo.


¿Estarías tu dispuesto a unirte a esas luchas, con sus avances, tropiezos y grandes logros que se gestan en una nueva historia, que cada vez más, va dándonos sorpresas? Celebremos juntos el Día de los Pueblos Originarios y el Diálogo Intercultural.