Lima antes de la llegada de los españoles, según cronistas e historiadores, era un valle productivo y verde. Era un valle fresco a pesar de estar en una zona árida como la costa peruana, existían lomas temporales productivas y de pastoreo. Lo maravilloso es que fue un escenario construido para este fin, con un sistema de riego por canales (Huatica, Sulco,) que se residía en los cerros de la gran ciudadela de Pachacamac o Puruchuco entre otro, salvaguardando lo parte plana para la agricultura.
Una vez sometida la ciudad y Pizarro sobre el palacio de Taulichusco, se inicia un primer ordenamiento urbanístico de la ciudad de Lima. Ordenamiento que quizá marca lo que hoy es la clasista Lima y la diferenciación social con un damero amurallado para protección de la oligarquía española y/o criolla y al otro lado del rio los indios camaroneros en lo que hoy es parte del distrito Rimac.
El tiempo pasó pero la política urbana segregadora y excluyente siempre estuvo presente. La parte central para las familias de mayores recursos; plazas y vías al mejor estilo europeo como el paseo Colon, las plazas dos de mayo y Bolognesi definiendo un eje de integración desde el centro hacia las nuevas zonas de ricos como fue la Urb.Santa Beatriz. Luego vendrían los ejes de la Avenida Leguía (hoy Arequipa) y finalmente la gran vía expresa con los mismos objetivos.
A partir de los años 50 del siglo pasado, la crisis del campo inicia una mayor presión migratoria y demográfica por suelo para fines de vivienda. Como era de esperarse, la Política Urbana metropolitana y la Política de vivienda nacional estuvieron ausentes a las demandas de los sectores de menores recursos, generándose las invasiones masivas en las áreas bajas de las laderas, denominándolas Pueblos Jóvenes. Las grandes áreas agrícolas fueron facilitadas para los negocios de las inmobiliarias para urbanizarlas. Si bien la política de vivienda y urbana en los periodos del Presidente Belaunde se caracterizó por el desarrollo de Unidades de Vecinales de Vivienda o Vivienda social a través de ENACE, ello era más para una demanda de trabajadores formales pero la informalidad seguía invadiendo terrenos,
En la década del 70 y 80 se desarrollan ocupaciones masivas dirigidas desde el Gobierno central (UPIS Huáscar, Villa el Salvador) y luego el gobierno municipal de Izquierda Unida organiza y diseña la ocupación de la comunidad urbana autogestionaria -CUA HUAYCAN, pero siempre en áreas alejadas y sin servicios. Finalmente, la Política Urbana de las últimas décadas fue más de lo mismo, no ha contribuido en crear ciudad inclusiva para los de menores recursos. Se crea Mi vivienda y con dinero de todos se facilita el acceso de vivienda a familias de sectores medios, en tanto los pobres siguen excluidos ocupando laderas de borde y áreas de riesgo, últimamente “negocio” en manos de traficantes del suelo.
Este breve resumen explica que la Política urbana en la Lima Colonial y Republicana nunca fue pensada para todos. Los gobernantes han hecho de Lima una ciudad elitista y para el mercantilismo, favoreciendo inicialmente las áreas urbanas de la oligarquía republicana y posteriormente a empresas comerciales e inmobiliarias. Los planes metropolitanos han sido letra muerta, los cambios de zonificación validaron negocios de los grandes centros comerciales creando caos urbano en lugar de desarrollo; los proyectos emblemáticos o vías han sido realizados más con fines de corruptela que con objetivos urbanos en beneficio de la ciudad y sus pobladores.
La pandemia nos a develado que actualmente en Lima Metropolitana, más de la tercera parte de la población está excluida de los beneficios de la ciudad, del agua, saneamiento, vivienda adecuada, equipamientos, vías de comunicación, seguridad física y la otra tercera parte esta agobiada por la precariedad de sus medios de transporte, el alto tráfico urbano, saturación del medio transporte masivo, la delincuencia e informalidad.
Urbanísticamente, Lima metropolitana es actualmente una ciudad abierta y difusa, donde el espacio periurbano no tiene control y es altamente vulnerable; son áreas sometidas al tráfico del suelo; las malas acciones urbanas se dan de una manera más acelerada que las medidas correctivas que toman las autoridades. El Plan de Desarrollo Urbano Metropolitano, en actual proceso, debe considerar con mayor prioridad medidas que hagan un punto de quiebre ante esta segregación y exclusión urbana, e integrar el territorio de borde de Lima. La nueva Ley de Desarrollo Urbano Sostenible es un buen esfuerzo, pero aún mantiene aspectos que priorizan el mercado sobre la justicia social.
Es tiempo de repensar todos los aspectos de la gestión urbana en el país para superar los impactos estructurales de años de mala gestión de la ciudad; es decir Institucionalmente debe recuperarse la autoridad en el territorio, hoy tomado por mafias e inmobiliarias, Priorizar la Planificación y el Ordenamiento Urbano y Ambiental, para Integrar a los ámbitos excluidos y estar por encima de los intereses particulares, avanzar hacia una ciudad integrada, inclusiva y compacta. Las propuestas y proyectos deben contribuir a una Visión de futuro compatible con las necesidades sociales y las exigencias climáticas, de gestión de riesgo, movilidad urbana sostenible, energía renovable, eco eficiencia hídrica; con enfoques de sostenibilidad, institucional, social, ambiental y de derechos como lo establecen las ODS definidos en la Conferencia Hábitat 2016. Finalmente, lo urbano no debe estar desligado de la superación de las condiciones de pobreza por lo tanto es importante que la gestión del territorio debe incorporar lineamiento urbanos e infraestructura de desarrollo de capacidades para desarrollo productivo y sobre todo humano.
*Arquitecto Urbanista, del Instituto de Desarrollo Urbano CENCA Especialista en Planificación Urbana, Gestión Ambiental, Vivienda Social y Ecoeficiencia Hídrica.