Durante cuatro largos siglos, la trata transatlántica de esclavos ha sido uno de los capítulos más oscuros, sombríos y desnaturalizados de la historia de la humanidad. El éxodo sufrido por más de 15 millones de africanas y africanos como la más grande e inhumana migración forzada de la historia fue expandido por todo el mundo, principalmente en las Américas, sobre todo hacia América del Sur y El Caribe. Tal es así, que hoy en día es mayor la extensión de la descendencia africana que la descendencia europea.


Debido a todas las formas de sufrimiento a los que eran sometidos mujeres y hombres africanas, africanos y afrodescendientes en condición de esclavos, en la noche del 22 al 23 de agosto de 1791, se produjo en Santo Domingo (parte occidental de la isla La Española y actualmente Haití y República Dominicana) el marcado inicio de una sublevación e insurrección de dichos hombres y mujeres quienes al proclamar su independencia recuperaron su nombre original amerindio: Haití.


Esta revuelta sería de trascendental importancia para la abolición del comercio transatlántico de esclavos, dado que, a partir de este hecho se marca significativamente el rumbo de las luchas por la libertad y defensa de los derechos humanos que apela a toda la humanidad sin distinción de raza y credo.


Este 23 de agosto del 2021 se celebra 230 años de dicho acontecimiento y todos los seres humanos debemos de preguntarnos “¿existe hoy en día la esclavitud en el mundo?”.


A lo largo de la historia, la esclavitud ha ido cambiando pero no ha dejado de existir. En la actualidad, hay algunas sociedades donde aún perdura la esclavitud en algunas prácticas remotas debido a paradigmas culturales, mientras que en otras sociedades existe la esclavitud moderna, la trata de personas y explotación humana; siendo todas estas formas de esclavitud el resultado enraizado de racismo y discriminación étnico racial y económico por una “idea” de supremacía de la raza “blanca” sobre otras con la cual sustentaban su hegemonía y que, hasta el día de hoy, dicha “idea” sigue viva en muchas personas.


Pero ¿qué es la esclavitud en un concepto concienzudo y de introspección, más allá del concepto genérico o del que encierra un diccionario? Desde siempre, la persona esclavizada es una voz enmudecida para la sociedad que se ha beneficiado y se beneficia de su trabajo, aportaciones y esfuerzo; y en la actualidad urge realizar mayores trabajos conjuntos de los diferentes núcleos de desarrollo del individuo: estamentos del Estado, grupos religiosos y filosóficos, familias y toda sociedad civil para hacer frente al malsano constante como es la trata de personas, comercio y explotación de seres humanos que se empecina en querer perpetuarse en el mundo.
Desde que fue proclamado el documento de La Declaración Universal de Derechos Humanos el 10 de diciembre de 1948 hasta la fecha ha habido grandes avances, sin embargo, el camino a recorrer aún es enorme y largo ya que el tráfico de seres humanos sigue siendo un comercio diario donde las mujeres, niñas y niños son los más vulnerados en sus derechos.


La finalidad que persigue la conmemoración del Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición es registrar el horrendo infortunio del comercio y trata de personas como esclavos en la memoria colectiva, dándole la significativa importancia que merece la trasmisión de la historia educando a todas las comunidades y pueblos, porque y tal como dijo Alonso Aguilar Monteverdeq: “Un pueblo sin memoria es un pueblo sin conciencia de su historia” y por tal motivo está condenado a seguir repitiendo los mismos errores y horrores.


En CEDEMUNEP, Centro de Desarrollo de la Mujer Negra Peruana, trabajamos en la defensa y promoción de los derechos humanos y ciudadanos, promoviendo y generando cambios en la vida de las mujeres afroperuanas y afrodescendientes. Por tal motivo, la conmemoración del Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición es oportuna para que, además, en la conciencia de la humanidad se conmemore a los millones de afrodescendientes resilientes quienes son víctimas de racismo estructural sistemático y discriminación étnico racial quienes son invisibilizados reconociendo en ellas y ellos las grandes y valiosas contribuciones al desarrollo de los pueblos y el efecto en el mundo de hoy.