El derecho a la Salud de las Mujeres está relacionado con la obtención del bienestar y equilibrio físico, mental y emocional de las mismas, de acuerdo a su biología, a los roles que desempeña dentro de su cultura en todas las etapas de su vida. En el Perú, ese estado de equilibrio se ha visto afectado por las prácticas abusivas en la atención de la salud de las mujeres. Las cesáreas innecesarias, la discriminación por cuestiones étnicas y de clase social, la negativa de atención, la escasa información que se les proporciona en los establecimientos de salud. Todo esto evidencian el nivel y normalización de la vulneración del derecho a la salud de las mujeres.
Por otra parte, según el INEI (2021) más mujeres que hombres padecen de problemas de salud crónico. Tomando en cuenta eso, las medidas preventivas para mantener el equilibrio y el bienestar de las mujeres no son bien abordadas por el Estado. Es decir, no existe prioridad para evitar que las mujeres y sus familias se enfermen, o se mantengan gozando de buena salud, se prioriza la atención de la enfermedad, a tal punto que si las mujeres y sus familias no enfermaran no significaría un gran logro como país, sino la quiebra de la empresa privada y el desempleo de “especialistas”.
Considerando que la atención de enfermedades y patologías es prioritaria para el estado peruano, tampoco este se hace de manera integral o diferenciada a varones y a mujeres (no solo es atención de las gestantes) y menos se considera el cambio climático, la afectación por metales y sustancias toxicas, la corrupción, etc., o simplemente el garantizar el acceso de las mujeres a ser atendidas. Pues, como sustentan el Programa de las Naciones Unidas para el Medio ambiente, la creciente contaminación del aire a la que están expuestas las mujeres gestantes puede producir en la región 140,000 muertes prematuras por año durante los próximos 20 años.
En el Perú, tampoco el Sector Salud es rector sobre la prevención, erradicación de enfermedades/patologías y atención de la salud. Pareciera ser que sectores como economía y finanzas, energía y minas, producción, empresa tienen más poder que el Estado. Por estas características se suele decir que se tiene un ministerio de la enfermedad y la muerte y no un Ministerio de Salud.
Después de la etapa crítica de la pandemia es importante que las mujeres reafirmen su derecho de acceso a una salud integral oportuna y de calidad, pero sobre todo a “estar bien de salud”, porque es un derecho humano que el estado debe garantizar sin ninguna restricción durante todas las etapas de la vida de las mujeres
¡La Salud es un Derecho y no una mercancía¡