LOZANO LARA Rolando Pavel*

Antropólogo – Especialista en Desarrollo Rural y Cambio Climático

En los últimos años, nuestra región y especialmente nuestra provincia viene sufriendo, por un lado, constantes lluvias torrenciales que han provocado el vertiginoso aumento del caudal de los ríos poniendo en peligro numerosas poblaciones, áreas agrícolas y pastoriles; y por otro, un vertiginoso descenso de los niveles óptimos de las reservas naturales de agua en las partes altas de la cordillera (lagunas, riachuelos, humedales) provocando intensas sequias que duran cada vez más tiempo.

Estos dos fenómenos, las lluvias torrenciales y las sequias extremas, pueden ser catalogados como impactos negativos del cambio climático y los que más impacto generan en nuestra población.

Según un estudio de diagnóstico realizado por el Gobierno Regional de Junín (2017) *[1], el déficit del recurso hídrico en las subcuencas del Chanchas o Shullcas, se da por los constantes cambios hidrológicos relacionados al cambio climático, lo que genera que los glaciares andinos que abastecen de agua a la población tanto para consumo humano como para actividades agrícolas se vean afectados. 

Solo en la parte sur de la provincia, son más de 15 mil habitantes quienes sufren por falta de agua potable y desagüe según reportes del gobierno regional (2023), siendo el distrito de Chilca (sector de Chilca Alta) con cerca de 11 mil habitantes el más afectado; quienes para poder desarrollar sus actividades cotidianas deben de juntar agua de las lluvias ya que las cisternas que abastecen una vez por semana de agua no logran satisfacer las necesidades requeridas. Se estima que esta cifra puede llegar fácilmente hasta los 117 000 habitantes a nivel provincial, para el año 2030, si no se ejecutan acciones inmediatas para el abastecimiento y cuidado del agua.

Esta situación viene afectando especialmente a mujeres madres de familia y adultos mayores, quienes deben de desarrollar sus actividades (elaboración de alimentos, lavado de prendas y aseo en general), en condiciones extremas, por las condiciones críticas de acceso al recurso hídrico.

Así mismo en el ámbito agrícola, especialistas de la Dirección Regional Agraria (DRA) Junín – (2023)[2], informaron que la cosecha agrícola venía siendo afectada por la escasez de agua en los meses de siembra. Un 85% de los terrenos que fueron destinados a la siembra de papa, con respecto al año anterior; es decir aproximadamente 73, 166 ha. Lo que, sin lugar a duda, incrementará el costo de los productos agrícolas y por ende el costo de vida de miles de familias se verán afectadas.

Finalmente, en la actualidad sabemos que la única forma de lograr que las sequias y las lluvias torrenciales que afectan en sobremedida a nuestra población no se intensifiquen en un futuro muy cercano es lograr limitar el calentamiento global. El Acuerdo de Paris del 2015, se propone un protocolo con el cual limitar el calentamiento del planeta por debajo de 1.5° C, en comparación a niveles de temperatura de las épocas preindustriales de la humanidad, para ello las autoridades locales deben de proponer nuevas estrategias con el fin de desarrollar acciones y proyectos capaces de mitigar los efectos del cambio climático como la siembra y cosecha del agua, aprovechando los conocimientos ancestrales de las comunidades cabecera de cuencas, desarrollando de infraestructuras de irrigación y dotación de agua, mediante educación ambiental, etc. y así lograr que los cambios en el ciclo del agua no provoquen mayores impactos en nuestras sociedades. 

[1] Gobierno regional 2017 – Plan Estratégico Regional de cambio climático de Junín.


 https://www.minam.gob.pe/cambioclimatico/wp-content/uploads/sites/127/2017/02/Estrategia-Regional-de-Cambio-Clim%C3%A1tico-de-Jun%C3%ADn.pdf

[2] En Junín siembran un 15 % menos de papa y 12% menos de maíz en campaña agrícola 2022 – 2023 – Diario correo


https://diariocorreo.pe/edicion/huancayo/en-junin-siembran-un-15-menos-de-papa-y-12-menos-de-maiz-en-campana-agricola-2022-2023-noticia/